viernes, 13 de marzo de 2009

Secuestros al paso, una nota de Andrea Bettocchi

Secuestros al paso
http://www2.upc.edu.pe/html/0/0/fondoeditorial/secuestros_al_paso.htm

Lima se viste de temor

No hay diferencia entre San Isidro, Maranga o La Molina, a la hora del secuestro cualquier lugar de la ciudad se convierte en el escenario perfecto.

por Andrea Bettocchi

De un tiempo a esta parte Lima se ha convertido en el paraíso de los secuestradores. Ya no hay necesidad de ser dueño de una compañía minera, haber heredado millones o pertenecer a la farándula. Hoy los secuestrados son cualquier hijo de vecino que tenga la mala suerte de cruzarse en el camino de estos delincuentes.

Nunca llegué a saber quienes eran. Estábamos de noche por la Benavides y mi esposa, quien en ese entonces era mi enamorada, quería comer en la calle. Fui y saqué plata de uno de los cajeros de Wong, y levanté el dinero en mi mano para que pudiera verla yo desde el cajero y ella desde el carro. Después partimos con rumbo al Bembos y, antes de llegar ahí, un carro nos cerró por la izquierda. Se bajaron dos patas y Chari (la enamorada), grito muchísimo. Es por eso que los secuestradores decidieron dejarla. Lo primero que hicieron fue quitarme los lentes y apuntarme con una pistola en la sien. Nunca les vi la cara, ni la marca del carro, ni mucho menos la placa. Entre ese barullo, los gritos y las pistolas, yo tiré mi billetera al suelo para que no pudieran quitarme la plata. Pensándolo bien, es un riesgo que no volvería a correr. Ni siquiera Chari se dio cuenta de que solté la billetera.

Me subieron al carro. Me quitaron mi cadena, mi reloj, que por cierto había trabajado años para comprármelo y, como no tenía billetera, me pegaron un poco. Lo que sí encontraron fue mi tarjeta dorada y comenzaron a presionarme para que les de la clave, pero no la sabía. En ese plan estuvimos alrededor de tres horas. Mientras que yo tenía la cabeza gacha, entre mis piernas, pude sentir que intentaron robarle a alguien más. También me di cuenta de que paseamos por El Zanjón y que nos cruzábamos con varios patrulleros, pero ninguno se percató de que estaba siendo secuestrado. Como no tenía nada más que darles y efectivamente no sabía la clave de mi tarjeta, me soltaron en El Zanjón a pocos metros de Graña y Montero. Me trepé a los jardines del Zanjón, me subí a un taxi y me consideré a salvo. (testimonio 2)

Este es el testimonio de Alfonso Herrera 33 años, quien fue secuestrado en enero de este año. Otro transeúnte común y corriente que se convierte en blanco perfecto de estas bandas.

Así como este existen casos como el del Señor Cesar Augusto Luna Gálvez, secuestrado el 3 de Abril en la urbanización 15 de Enero en San Juan de Lurigancho (SJL) a pocos metros de su casa. Su esposa, la señora María Teo de Luna, no sabe nada de su marido desde que desapareció. Él nunca tuvo ningún problema con la policía, tampoco andaba metido en negocios malos. Él sólo desapareció.

De un tiempo a esta parte tanto la delincuencia común como el crimen organizado se ha incrementado de manera abrumadora en nuestra capital. Estas bandas están compuestas por grupos de seis a diez sujetos, equipados con armamento y material de guerra, vehículos modernos, equipos de comunicación, sean radios, celulares u otra modalidad.

La mayoría de estas agrupaciones, a diferencia de la época del terrorismo, andan detrás de la posibilidad de obtener dinero fácil. Durante la década pasada, los secuestrados eran gente de relativa trascendencia dentro del gobierno o de aquellas familias que pudieran pagar fuertes sumas de dinero por la libertad de uno de los suyos. Hoy no es así. Los secuestros al paso duran aproximadamente de dos a tres horas. Roban cajeros automáticos, automóviles, celulares, joyas y poco dinero.

Para la policía resulta difícil crear estadísticas sobre los secuestros, ya que muchas de las víctimas de estas bandas no se acercan a denunciarlos. Durante el primer trimestre de 1997 se registraron 25 casos de esta modalidad, y a partir de julio hasta la fecha se produjeron 43 casos, lo que representa un incremento del 62%. Sin embrago, esta situación no es el reflejo real de los delitos producidos, ya que numerosos hechos no son denunciados por temor a las represalias de los delincuentes, cometidos generalmente a las personas de solvencia económica.

Herrera tampoco se acercó nunca a la policía, era totalmente inútil, dijo. No tenía idea de quienes me habían secuestrado. Lo único que sé es que se quedaron con mi electoral, no tenia ningún otro dato de los posibles delincuentes. Aparte la policía suele ser bastante inútil en estos casos.

Según fuentes policiales existe un "Modus Operandi " empleado por estos delincuentes comunes para la realización de los secuestros:

-Ubicación y reglaje de la víctima

-Interceptación de la persona con empleo de violencia extrema, utilizando armas, material de guerra y equipos de comunicaciones.

-Contactos con familiares directos de la víctima para fijar condiciones de rescate en el menor tiempo posible, esto es cuando se contacta con la familia, por lo general no hay tiempo para eso.

-En algunos casos, obligan al agraviado a retirar sumas de dinero de cajeros automáticos mediante el uso de sus tarjetas de crédito, despojándolos de sus pertenencias para luego ser abandonados en lugares desolados.

-La mayor incidencia delictiva se ha producido entre los jueves y domingo de cada semana, preferentemente entre las 7 y 11 de la noche.

Cuadro estadístico del accionar delincuencial de mayor incidencia en Lima de Enero al 26 de noviembre del 97

Delitos A.R.M.A. (Asalto Robo a Mano Armada (cuadro separado))

Según la DIVISE la creciente incidencia de los delincuentes comunes a esta modalidad de secuestros al paso se debe principalmente:

-Por la oportunidad y falta de medidas de seguridad adoptados por la víctima

-Escasa capacidad de reacción de los agraviados.

-Obtención de dinero sin mayor riesgo

-Evasión de la acción policial por el corto tiempo de retención de la persona

Asimismo la DIVISE prevé que esta modalidad se incremente por el menor riesgo que representa, la facilidad y la alta rentabilidad económica. Así como la limitada cobertura policial en las labores de prevención, mediante el servicio policial básico en sus formas de patrullaje urbano y rural.

Según estos datos tan poco optimistas que emite la policia a los transeúntes a merced de estas bandas no nos queda más que cruzar los dedos, evitar los taxis, la salidas hasta altas horas de la noche y rezar cada día un padrenuestro, para que alguien, quien sea, nos eche un ojito.

Zonas de mayor incidencia de Secuestros al Paso

Miraflores

-Bajada de Av. Armendariz
-Urbanización Aurora
-Calle Arica
-Calle La Paz
-Av. Grimaldo del Solar
-Surco - Parque Floresta
-Urb. Santa Constanza
-Calle Tumán
-Jr. Liguria
-Jr. Cristóbal Peralta

Monterrico

-Altura del Peaje de Monterrico
-Calle Las Fresas
-Calle Pio XII

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